La llamó Recópolis, en honor a su hijo, en las proximidades de lo que hoy es Zorita de los Canes (Guadalajara) y durante 4 siglos dominó imponente las tierras de la Alcarria. Poco a poco tras la Reconquista fue abandonada y hoy nos quedan los vestigios de lo que fue.
En la visita tenéis un edificio con la historia de la ciudad y réplicas de los tesoros allí encontrados. Muy bien para aparcar. Solo un detalle: si pensáis merendar... no hay sombras!
Restos de la antigua ermita, el basamento de la puerta del palacio y una preciosa vista desde Recópolis de Zorita de los Canes, presidida eso sí por el gran Tajo.
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